En el comienzo del partido Arsenal estuvo desorientado, y el embalado Lobo se aprovechó de la situación. Gimnasia así dominó los primeros 20 minutos, penetrando al Arse por donde deseaba, y llegando al gol que lo ponía en ventaja. Por suerte luego el lobo comenzó a refugiarse en su campo, y Arsenal terminó aprovechándolo con una pelota parada. El ejecutor fue Núñez, que la clavó pegada al palo desde 25 metros. Empate y a empezar de nuevo.

Arsenal decidió barajar de nuevo, haciendo de cuenta que el partido comenzaba otra vez. Por eso ahora pudo controlar el balón, y llegar con claridad al arco rival. Intento durante los minutos que restaban del primer tiempo, pero desgraciadamente no pudo convertir otro tanto.

Digo desgraciadamente porque una de las peores cosas que le paso a Arsenal en la noche (no la peor de todas) fue que termine la primer etapa sin pasar al frente. Era el momento justo, los de Burruchaga lo conseguían en cualquier momento, y el entretiempo hizo enfriar esas ideas.

En el segundo Arsenal siguió siendo el que atacaba, pero no con la misma profundidad de los últimos minutos de la primer mitad. Gimnasia se aglomeraba cada vez mas atrás, y se paraba para la contra. No atacaba demasiado, pero cuando lo hacía, Arsenal estaba demasiado en ofensiva, y por eso el Lobo complicaba.

Arsenal quería, y por mas que Burru mandaba a todos al ataque, no era capaz de encontrar los espacios para acercarse al uno visitante. De tanto ir, y llegando al final, Gimnasia encontró el gol de la victoria. Hasta aquí podría llegar el análisis de cualquier partido de fútbol jugado en otro país del mundo, pero no en la Argentina.

Las figuras centrales del partido fueron el arbitro Héctor Baldassi y sus asistentes Horacio Herrero y Abraham Serrano. Se llevaron el protagonismo del encuentro, en primer lugar Baldassi, que lo único que hizo fue acumular errores en su haber, y luego sus asistentes, quienes obviaron las posiciones de los jugadores en los goles de Gimnasia.

Analicemos en detalle estas labores. Primero Serrano, que no captó un pequeño adelantamiento de Enria en el gol, pero por mas pequeño que sea una persona que esta prestando atención solamente a eso, debería notarlo. En cambio este error no lo tuvo Herrero, que detecto perfectamente que Víctor López se encontraba algunos dedos adelantados en lo que podría haber sido el segundo de Arsenal. Eso sí que es prestar atención a la jugada. Pero luego no vio los dos metros que estaba adelantado Savoia en el gol de la victoria, ni tampoco la mano que evitó que Arsenal haga un segundo gol, una lástima. Esa es la palabra, lástima, lo único que fueron capaces de dar estos personajes.

Solo nos queda aguantar la bronca, y pensar que no se dio porque no era nuestra oportunidad, que el destino no quería que el campeonato sea de Arsenal. Pero por supuesto, los que presenciamos este asalto, sabemos muy bien que fueron unos hombres camuflados entre ropas negras los que se llevaron nuestras ilusiones.

Al equipo, muchísimas gracias, espero que podamos contar con todos ellos para el próximo torneo, y que puedan lograr los puntos que faltan para redondear una campaña mas que soñada.