Si la derrota de River había pegado fuerte en el sentimiento de los hinchas, ni hablar del nuevo golpazo sufrido esta noche.

A pesar de que en el primer tiempo Arsenal tuvo innumerables situaciones de gol, no convirtió ninguna y dejó que Central aprovechará las pocas que se le presentaron a favor para irse cómodamente al descanso con dos goles en ventaja.

Quedaba la esperanza que de mantener el ritmo, Arsenal tenía chances de descontar rápidamente e ir por la remontada en lo que quedaba de partido. Pero la realidad estuvo totalmente alejada de eso.

El bajón de los segundos tiempos volvería a estar presente al igual que frente a Tigre, Estudiantes y River, con la única diferencia que frente a todos estos se había arrancado ganando, esta noche ni eso.

La clave de la derrota, nació en los graves problemas defensivos que tiene Arsenal: Central convirtió casi todas las situaciones que generó. Para colmo hoy faltaron Sena y Matellán, los dos integrantes que mejor venían rindiendo.

La dupla central de defensores fue imprecisa por donde se la mire. Uglessich, con responsabilidad directa en 3 de los 5 goles. Mosquera, jugando siempre al límite de lo permitido.

Arsenal perdonó cuando lo tuvo en el primer tiempo, y enfrente hubo un equipo que no se apiadó y aprovechó los errores de un equipo sin respuestas. En el complemento se vio un equipo desmotivado, y por eso terminó de redondear esta derrota que pega duro.

Garnero tiene muchísimo para trabajar y tratar de encontrarle un término medio a este equipo, que mostró ser capaz de jugar un fútbol muy bueno y otro desastroso en el trascurso del mismo partido.

Las derrotas contra River y Central no pueden ser gratuitas, tienen que servir para aprender todo lo que no puede hacer un equipo que quiere luchar por lograr algo importante.