La cuarta fue la vencida, esta vez pudimos vencer a Independiente en su estadio. Y quizás se dio en el momento menos pensado, con un equipo golpeado y de la mano del interinato de De Luise.

El primer tiempo volvió a ser bueno. Arsenal jugó como lo había hecho con Vélez y Estudiantes. Si bien no se acercaba demasiado al arco contrario, el orden que proponía hacia equivocar reiteradamente a su rival en los intentos de ataque.

De esta manera Arsenal lo tuvo en los pies de Llama y Hirsig, dos oportunidades muy claras, pero que no pudieron marcar la ventaja. El descanso esta vez fue diferente, porque el equipo guardaba aun una mejor imagen para la siguiente mitad.

El Arse siguió con el orden del primer tiempo, pero además consiguió corregir un error que había cometido durante el primer tiempo: las fallas en la definición. Luego de un corner, Patricio González la tocó de taco en el primer palo, y Hirsig, por detrás, convirtió de palomita.

Ahora, en ventaja, era cuestión de mantener el orden y tratar de liquidarlo de contra. Para esto fue fundamental la figura de Llama, que con su velocidad advirtió en varios ataques, y terminó siendo fundamental en el segundo gol, tras recuperar una pelota cerca del corner, y enviando un centro a la cabeza del recién ingresado Caffa, quien definió el partido con un frentazo cruzado.

Los minutos restantes sirvieron sólo para que Independiente mostrara su falta de ideas, y los jugadores fueran insultados por sus hinchas. Para Arsenal, la victoria marcaba el final de esta etapa de transición con De Luise, acumulando un empate, una derrota y esta victoria. El lunes marcará el comienzo de una nueva era, y con este triunfo los ánimos para afrontarla seguramente serán los mejores.