Figurita repetida. Esa es la imagen con la que se encuentra la gente que renueva las expectativas cada vez que se acerca al Nuevo Viaducto a ver al Arse, pero siempre termina viendo un equipo que le pesa la condición de local.

En los últimos años Arsenal supo aprovechar su condición de localía, aun cuando le tocó hacerlo en estadios prestados, mientras se construía el propio. Pero tan lejos quedó esa virtud, que más de uno pensará en jugar todos los partidos fuera de casa.

El sábado el zurdo López debutó en el banco, lugar del que casi no salio en todo el partido, sólo cuando los minutos se estaban acabando. El cambio de técnico no mostró ninguna mejora en la cancha, Arsenal volvió a enredarse en su propia red, al no tener enfrente a un equipo que salga a atacarle.

Arsenal salió motivado al comienzo, pero la intención apenas le duró unos minutos. Finalmente, una de las pocas del primer tiempo (y la más clara) la tuvo Olimpo, que perdió el gol tres veces seguidas sobre la línea.

En la segunda mitad Arsenal tuvo un poco mas la pelota, pero sin ideas. La defensa se muestra muy segura y afianzada, pero las ventajas las otorga en el medio, donde Lux está muy impreciso, y en la delantera, donde Ríos volvió a ser el mas impreciso y el Pulpo se dedicó mas a luchar que a jugar. Para el asombro de todos, el nuevo Dt ni siquiera concentró a Franco Caraccio, la figura de los últimos partidos.

Arsenal se acostumbró a esperar al rival, y dañarlo cuando este se descuida, por eso le resulta tan difícil vencer a rivales que no tienen la intención de atacar con gran número de jugadores.

El nuevo técnico deberá replantear la actitud del equipo a la hora de atacar, ya que no tiene criterio para hacerlo frente a una defensa bien parada. También deberá analizar si el esquema es el adecuado para enfrentar a equipos del nivel de Olimpo, que no salen con la intención de buscar los tres puntos... y así por lo menos intentar dar un mejor espectáculo a la gente que se acerca al Julio Humberto Grondona.